domingo, 28 de marzo de 2010

Ética a prueba

Tenemos suerte, solo 20 minutos de metro - politano - nos separan hasta Sol. Desde allí, ir a Plaza (no de toros, sino de la Villa) no lleva más de 5. A punto de llegar, hay pancartas contra la pared, algunas con lemas rebuscados. Da igual, no nos hemos acordado de personalizarnos una. El sentimiento es el mismo, las palabras no son más que una forma degradada y burda de expesar nuestros sentimientos.

La Plaza está repleta y cada vez llega más gente. Activistas de las distintas organizaciones con camisetas que así lo indican sostienen pancartas que muestran animales agonizando. Algún personaje disfrazado de toro entretiene a los más pequeños. Los padres de familia se entremezclan con jóvenes de estética antisistema y estos con un reducido grupo del PECTA, cuyas pancartas rezan "Resistencia Cristiana". Me sorprendo censurándoles mentalmente cuando leo "Por una Europa libre de crueldad animal" y comprendo por donde van los tiros.

Pasa el tiempo, los vendedores de chapas hacen su agosto y las organizaciones se disponen a salir mientras se empiezan a corear lemas. En parte porque hay muchísima gente de fuera, se han equivocado y están orientados en dirección contraria a nuestro objetivo. El malentendido se subsana y me introduzco en el grupo de la cola, el "Bloque Antiespecista y Antiautoritario", más acorde a mi postura y con mayor variedad de proclamas (que un tipo de delante con megáfono copia con cierto retardo).

La interminable procesión avanza y nosotros empezamos a movernos cuando se oye a alguien decir que los primeros ya han llegado a la Puerta del Sol y que como no terminemos a las 14:00, los antidisturbios harán acto de presencia. Más allá del típico "La tortura no es cultura" (que encuentro muy superficial puesto que la cuestión no es esa, sino si el espectáculo es ético o no) la gente del bloque comienza a gritar y es imposible no dejarse llevar por la rabia ante tal injusticia.

Me sorprendo gritando "Torero, si quieres ver sangre córtate los huevos", "Libertad presos del ALF" o saltando ante "Un bote, dos botes, taurino el que no bote". Por la propia naturaleza vegana y libertaria del Bloque, se acompaña de "Ni toros en las plazas, ni vacas en los platos", "Carne es asesinato", "Liberación animal" o "La lucha está en la calle y no en el parlamento". Al pasar por el McDonald´s y el Museo del Jamón, gritamos por su demolición. ¿Violentos? Muchísimo menos que los métodos que requiere la utilización de los animales. Vean Earthlings, el documental que me ayudó a poner cara a este genocidio normalizado:



Al fin, entramos en Sol y la gente nos mira atenta. Su repertorio de expresiones van desde la imparcialidad hasta la ligera curiosidad, pero no más. Un grueso inmenso de manifestantes se sitúa frente a un pequeño escenario en el que varias "personalidades" utilizan su fama para hablar por nosotros, como si tuvieran mayor consideración moral por ello. Se tratan rápidamente los principales argumentos de un manifiesto y se saltan otros por falta de tiempo. La gente aplaude, grita proclamas contra Esperanza Aguirre y la irreverencia se evapora cuando la multitud se dispersa. Me río de un punk que toquetea un móvil de última generación y regresamos en metro al barrio.

Al llegar a casa, compruebo que no hemos salido en la televisión, luego nuestro acto no existe para ese grueso de la población que confunde la realidad con la pantalla. Ya grité allí: "¿Donde está Telemadrid? ¡Coño!", sabiendo que si la tercera parte hubieramos ido contra los matrimonios gays, habrían enviado un helicóptero. El baile de cifras es impesionante: en Internet, los pocos medios conservadores que se han hecho eco hablan de 1000 personas; mientras que los organizadores, de 25000.

Podemos organizar decenas de manifestaciones multitudinarias más, pero son inútiles si no se acompañan de acciones cotidianas. Oponerse a la tauromaquia como si fuera un problema aislado es una postura muy cómoda. Y es que los verdaderos valores de las personas se demuestran cuando estos pueden entrar en conflicto con sus intereses. Me explico: es fácil pedir la abolición de esta tortura si no te gusta, pero...¿actuaríamos igual con cosas que nos reportan beneficios o suponen esfuerzo por nuestra parte?

Esa es la prueba definitiva para probar si las personas sienten (sentimos) de verdad su (nuestra) ética o no es más que palabrería bienpensante para pasar un rato entretenido entre pancartas. No sólo tendríamos el ejemplo de rechazar a la tauromaquia pero legitimar el uso de otros animales como mercancías por mero placer gastronómico, sino también otros muchos: proclamarse tolerante con la homosexualidad pero no aceptarla en tu familia, declararse contrario a las fuerzas de seguridad pero acudir a ellas en caso de necesidad, considerarse solidario siempre que no cueste esfuerzo ni dinero...

En la autocrítica está la mejora. Intentar cambiar el mundo sin cambiarnos a nosotros mismos es, además de hipócrita, contraproducente.

La historia de Pedro

Pedro es un joven que trabaja de mozo de almacén en una empresa de transportes. Vive en el extrarradio madrileño y, desde pequeño, siempre se ha preocupado por los demás. Comenzó a sentirse identificado con el anarcocolectivismo y a leer a sus principales autores, impregnándose de teoría. La parte práctica no tardó en llegar, empezó a asistir a manifestaciones, okupaciones y a pasarse por los ateneos de su zona. Sin embargo, lo que vio allí dejó de gustarle al cabo de unos años. Al ver que sus acciones y esfuerzo no lograban ningún cambio, Pedro se vio más inclinado por el marxismo, que parecía garantizar un cambio no utópico como sucedía con el anarquismo. Con renovadas esperanzas, se instruyó a la par que buscó un trabajo e intentó organizar un sindicato de empresa.

El paso de los años y el inmovilismo de la gente le hizo cambiar de nuevo de opinión. Pasó a pensar que sólo una solución autoritaria lograría acabar con el capitalismo de forma eficaz; se tornó estalinista. No se daba cuenta de que esta postura le alejaba aún más de lo que despertaría interés en sus compañeros alienados. Su proyecto de sindicato desapareció, también en parte porque Pedro buscaba métodos de acción más directos.

Hoy en día, Pedro aún vive con sus padres y considera que muy pocos son suficiente revolucionarios para merecer su atención. Su grupo es tan cerrado que cualquiera diría que no quieren extender sus creencias y lograr el cambio, sino mirar con supuesta superioridad moral e intelectual a los que no piensan igual que ellos. La mayor parte de su tiempo libre, "devora" libros afines para retroalimentar su dogmatismo y entra en kaosenlared desde su ordenador de origen asiático para criticar a los "troskos" con multitud de datos aprendidos de memoria.

Mientras Pedro tilda de anticomunistas a unos cuantos, tres activistas de Igualdad Animal son detenidos por liberar a varios corderos de una granja, la CNT convoca una manifestación contra los despidos masivos de una constructora y los trabajadores se defienden de los antidisturbios, un chico decide no comprar más zapatillas hechas con manos esclavas, una joven convence a su novio de la importancia de cambiar de hábitos para conservar el planeta y varios amigos crean un grupo de afinidad para despertar conciencias dando a conocer a Marx.

¿Estás tan inmerso en tus ideas que eres incapaz de empatizar? ¿miras por encima del hombro a aquellos que no las comparten? ¿tu concepción de un mundo mejor sólo admite tu mundo mejor?

domingo, 21 de marzo de 2010

En defensa del decrecimiento - Carlos Taibo

De forma interesante, lógica y argumentada, "En defensa del decrecimiento" no se limita a tratar esta propuesta ecologista, sino que abarca una visión más amplia y trata diversos aspectos de la realidad contemporánea. El libro es bastante corto, pero se divide en 4 partes:

- Amenazas, que habla sobre los principales problemas sociales y ambientales a los que debemos plantar cara. Entre ellos, se explican y analizan la globalización capitalista (que conlleva desigualdad), el cambio climático (se considera que los efectos y propuestas de Kioto son insuficiente), el agotamiento inminente de las materias primas energéticas (que llevará a su encarecimiento y a los conflictos bélicos asociados) y la sobrepoblación. Taibo también explica otros conceptos como la huella ecológica, pone en entredicho que todo desarrollo científico sea positivo y, a diferencia de Lovelock (aún citándole ocasionalmente a lo largo del libro) arremete contra la energía nuclear para defender después las renovables.

- Decrecimiento. En esta parte, se cuestionan los beneficios del crecimiento económico desde varios planos y se llega a negar que sea intrínseco a la democracia, que haga más felices a las personas y que respete los límites medioambientales. El concepto de "desarrollo" y los indicadores económicos actuales, así como la consideración del trabajo como algo positivo también son discutidos. Por último, se postulan muy brevemente los "pilares" sobre los que se asienta la propuesta decrecentista, cuya realización sólo será posible si se elimina la moral consumista y mercantilista.

- Barbarie. Es el capítulo más antrópico del libro, pues trata los múltiples defectos de los que adolecen nuestras democracias (el autor habla en algunos casos de "Darwinismo social militarizado", relacionando el imperialismo nazi con el norteamericano). Se tratan diversos temas en torno a ello: el miedo como instrumento para aumentar la gobernabilidad sobre la verdadera democracia, las guerras en búsqueda del "espacio vital" de Estados Unidos e Israel, las migraciones, los campos de internamiento para extranjeros...

- Capitalismo. La parte final del libro pone de relieve que el capitalismo es un sistema económico que necesita de crisis cíclicas para perpetuarse. También se habla del efecto rebote (una crítica muy importante del decrecimiento al desarrollo sostenible) y se pone especial énfasis en la importancia de crear sociedades y economías menos complejas, que estén adaptadas al ser humano, como sucede con los pueblos primitivos africanos. Las últimas páginas dan algunos ejemplos de las "Miserias de nuestros gobernantes" en su afán de ir más rápido y más lejos.

lunes, 15 de marzo de 2010

Piensa, escucha, reflexiona y actúa (en ese orden)


A veces pensamos que el único motivo de la desmovilización actual es la falta de interés y menospreciamos otros factores. El nihilismo, el escepticismo, la indecisión y la sensación de que nuestros esfuerzos serán vanos pueden ser algunos ejemplos.

En mi caso, creo que muchos de los que rechazamos los dogmatismos nos basamos en parte en que sólo nos podemos acercar a las verdades mediante la multiplicidad de puntos de vista; además de que existen distintas verdades para diferentes contextos (con excepciones, claro). Puede que ninguna filosofía sea válida por sí sola, pero la unión de muchas nos da mayores garantes de éxito.

No estoy haciendo referencia a alguna especie de sintetismo ni unificación. Simplemente, las formas de ver la vida están ahí y, al ser imperfectas, omiten o se contradicen a juicio de cada uno. Ya que tenemos la capacidad de razonar, podemos crear las nuestras propias o adoptar críticamente partes de otras. Yo puedo no estar de acuerdo con toda la teoría anarquista (del tipo que sea), pero sí sentirme identificado con la idea de "pacto voluntario" y modificarla, mejorarla y hacerla mía.

Hablo de todo esto porque, a la hora de reflexionar e intentar cambiar las cosas pienso que es importante saber por qué apoyamos cierta variación o no la vemos con buenos ojos. Y si unos planteamientos te parecen interesantes pero no comulgas enteramente con ellos ¿por qué no informarse más a fondo para ver en qué pueden mejorar?


A propósito de esto, el sábado fui a la Casa de Uruguay, un semisótano bastante escondido de Aluche donde iban a dar una charla titulada "Anarquismo y educación", es decir, "pedagogía libertaria". Un afiliado de la CNT de Jeréz había escrito un libro sobre ello (agotado en casi todas las bibliotecas contraculturales) y se vino a Madrid a presentarlo.

Empezó hablándonos muy brevemente de los principios comunes en los que se sustenta este tipo de educación. Ya saben: asamblearismo en la toma de decisiones, antiautoritarismo, autogestión (aún siendo una ideología mayoritariamente obrera, no queda más remedio que ser privados si se quiere crear alternativas reales al estado), etc. Más tarde se comentaría que son la antítesis del conductismo (¿les suena la rata de Skinner?).

Continuó contándonos algunas experiencias reales de escuelas con estas tendencias o parecidas. Se ve que no comenzó con el conocido Ferrer Guardia, sino que ya medio siglo antes (mediados del XIX) los mutualistas franceses habían creado un modelo precursor, asociando a cada mutualidad una escuela en la que los propios obreros enseñaban a sus hijos.

Ya a finales de siglo y principios del XX, la pedagogía libertaria se dividió en dos variantes:

- Las teorías no directivas consideraban que los propios educandos deben ser los únicos protagonistas de su educación (paideia, el alumno es el centro), por lo que la intervención del profesor debe ser mínima. Esto se traducía, por ejemplo, en prácticas de psicomotricidad proporcionando a los niños los estímulos necesarios para que fueran ellos mismos los que se interesaran y aprendieran por sí solos. En España, esta rama se denominó Pedagogía Neutral.

- La variante sociopolítica tuvo una mayor difusión que la anterior. En este caso, el papel del maestro era más activo: se trataba de concienciar al niño de los problemas de la sociedad y educarle en la aversión por la autoridad. El racionalismo de la Escuela Moderna tuvo tal éxito como alternativa al monopolio de la educación que ejercían la Iglesia y el Estado en ese momento, que se extendió no sólo por España, sino también por otros países como Francia o Estados Unidos.

Durante la Guerra Civil y ligadas a las colectivizaciones de la zona republicana, se crearon muchísimas escuelas (ateneos libertarios) de este tipo, asociadas al sindicato de cada lugar.

Hoy en día, el centro que más se ha prolongado en el tiempo con este ideario se encuentra en Extremadura. Se llama Paideia y lleva unos 30 años abierto.

A partir de estas explicaciones, cada uno puede forjarse más o menos su opinión. Yo, por ejemplo, considero que la primera variante es más aceptable si se desea formar un pensamiento independiente (conservador, crítico o del tipo que sea) mientras que la segunda está más ligada a la causa anarquista propiamente dicha. Ambas deberían coexistir, pero una evitando caer en la desatención absoluta y la otra en dogmatismos (aunque es difícil, tratándose de una ideología con un fuerte componente librepensador) estériles.

Como suele ocurrir en las reuniones horizontales, lo más interesante llega cuando se discute lo expuesto. Entre los temas tratados (muchos de los asistentes eran profesores) hubo algunos que me parecieron especialmente interesantes y que sólo mencionaré de pasada.

- El escritor trabajaba en un instituto público para ganarse la vida, intentando aplicar en la medida de lo posible la metodología libertaria ¿Constituye esto una incongruencia y los intentos un modo de limpiar su conciencia o es un grano de arena y una buena forma de actuar fuera del círculo? ¿Es más efectivo combinar esto con la práctica de la pedagogía libertaria en el tiempo libre?

- Los posibles problemas en la adaptación académica de los chavales a otras metodologías (en la universidad, secundaria, etc.). En principio, alguien aseguró que no eran acusados.

- Dificultad de acceso de las clases bajas a los centros de este tipo, por su nivel cultural y económico. Esto enlazaría con la autogestión y la necesidad de bastante independencia ideológica.

- Se mencionó el fenómeno del homeschooling, permitido en otros países pero ilegal en España debido a la obligatariedad de la educación de 6 a 16 años. En algunos casos se ha intentado quitar la custodia de niños educados en su propia casa.

- ¿Enseña la escuela a pensar y a desenvolverse independientemente o únicamente se trata de "absorber" conocimientos de forma pasiva? Las respuestas se decantaban por la segunda opción, explicando a través de ello el absentismo, la falta de comprensión lectora (conozco a gente en mi clase que ha llegado a bachillerato únicamente memorizando, sin entender nada), etc.

- Las posibilidades de puesta en práctica en centros de menores. Un hombre afirmó que eran nulas debido a la propia organización de estos (trabajaba en uno).

- ¿Cómo se aplicarían estos métodos de enseñanza a las personas con algún tipo de discapacidad? Esto iba referido más bien a las no-directivas, que confiaban en la independencia del alumnado.

- La adaptación gradual de algunas ideas de la pedagogía libertaria a colegios liberales: por ejemplo, la paideia y las clases mixtas de niños y niñas. También la posibilidad de extraer ideas de otros contextos con distintos principios ideológicos, como los zapatistas en Chiapas.


Tras ver que en Telemadrid catalogaban a Miguel Delibes de "ecologista" por haberse dedicado la caza, necesitaba un supositorio que me ayudara a expulsar tal comentario a la ligera. El domingo por la mañana teníamos que estar a las 11 y media en Callao (llegamos a menos 10). Una vez allí y con la exclusividad que da el negro, tomamos sangre de las manos de otros (artificial creo...) y estuvimos posando durante 1 hora. La disposición era la siguiente:

- Unas 20 personas desnudas con "sangre" por el cuerpo y banderines bajo los sobacos formando la palabra SOS.
- Detrás, alrededor de unas 70 antitaurinos vestidas totalmente de negro y con las manos ensangrentadas en alto o sosteniendo pancartas con "Roban mis impuestos para torturas toros!!!" o "Penar al tortura-toros y a sus cómplices, todos!" ("todos" subrayado).
- Formando un amplio círculo, gente vestida normal con diversos carteles y una pancarta.

Con un megáfono, una chica de Equanimal nos decía que, si nos cansábamos de estar en la misma postura, podíamos levantar la mano y pedir el relevo (algo paradójico, pues todas las manos ya lo estaban por la propia naturaleza de la protesta).

Cuando las 13:00 estuvieron próximas, comenzamos a corear los típicos lemas. La chica leyó el comunicado de por qué nos oponemos a la tortura nazional y dijo que estábamos allí para impedir que fuera declarada bien de interés cultural (a lo que exclamé "¿Sólo eso?"). Según ellos, la Sra. Presidenta ha visto que el movimiento antitaurino comienza a tomar fuerza y se ve obligada a blindar los festejos (un buen ejemplo de cuánto poder tenemos los ciudadanos en esta pseudo-democracia; consulten encuestas y verán que, como mínimo, las de medios más conservadores admiten que hay bastante equilibrio de fuerzas en este asunto). También mencionó que la Comunidad había impuesto una multa (se insistió en que no pensaban pagarla) a tres activistas que saltaron al ruedo, aún declarando el juez que no había delito en ello.

Al parecer, Aguirre hoy ha bromeado: "Teniendo en cuenta la cantidad de hechos culturales ligados a las corridas de toros, no me parece una idea descabellada. Ya sé que hay muchos antitaurinos ¿qué sería de la Fiesta sin ellos; si son los que la animan?".

Retomando la temática con la que empecé el escrito: con toda seguridad que no conseguiremos que mañana la Presidenta se retracte de su estúpido y cruel pique territorial, pero espero que los antitaurinos de los que se burla la hagan tragarse en unos años sus palabras (por ello, es importante que la irreverencia no se quede en las manifestaciones). Y qué mejor comienzo que ir el 28 de marzo a la Plaza de la Villa: 19 organizaciones defensoras de los derechos animales van a confluir en una gran protesta.

Así verá que no somos cuatro comeflores.

PD: Siento tener que poner un video de una cadena con afinidad ideológica por los sociatas de palo que no se atreven a posicionarse, pero es lo mejor que he encontrado.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Soy un misántropo


El título puede parecer tremendamente incoherente con el contenido, pero hoy me encuentro visceral (como el tema que trataré) y necesito hacer partícipe a otros de mi rabia.

El debate sobre la tauromaquia se ha hecho presente en los medios gracias a que proviene de los ciudadanos de una región que se considera "independentista". De por sí, eso nos garantiza que en ellos no van a centrarse en el sufrimiento del animal, sino en las posibles connotaciones políticas (infundadas o con motivo) que ello pueda tener. En el mundo real somos muchos los que desde tiempo atrás nos hemos quejado de la fiesta nacional en sí, argumentando de acuerdo a lo que consideramos moral o inmoral. Ahora se suceden las noticias y todo el mundo parece interesado (incluso la Sra. Presidenta cree que se debe proteger la matanza). Esto no es más que un fiel ejemplo de cuándo consideran las televisiones que algo es noticia y cuando no. Se han apoderado del ágora y nosotros, ciudadanos ejemplares, "discutimos" como lelos de lo que les interesa y en el contexto que les viene en gana.

Antes me gustaría que vieran la opinión del "Maestro" Luis Francisco Esplá de su relación anímica con el toro. Parece que no hablamos de la misma tortura, porque donde él ve gracia yo veo sangre e injusticia.

Guardo una relación de material, de material sublime, de ser vivo. El milagro del toreo para mí se cifra en ese espacio-tiempo en el cual nos llegamos a pertenecer y las fronteras se diluyen. No sé hasta donde soy yo ni hasta dónde es él con su aportación. Vivir ese instante de una voluntad única es casi un estado de gracia.

Mi pensamiento ha evolucionado con el tiempo y normalmente, para llenarse de dudas. Sin embargo, este es un tema en el que me siento con unos argumentos bastante sólidos (coherentes). Lo fácil sería aporrear el teclado dejando caer una idea tras otra hasta alcanzar un volumen considerable, pero voy a intentar eficaz rebatiendo los principales argumentos a favor. Un diálogo absurdo pero jugoso tal vez sirva. Sitúense: un bar de aficionados al toreo en el que un joven melenudo ha entrado a mear.


- ¡Jodidos catalufos! ¡Ahora también quieren dejarnos sin toros! Pues no lo van a conseguir...¡oye! ¡El toreo es un arte! Seguro que ninguno de estos ha ido a una plaza en su puta vida. - Exclama un hombre de cuarenta y tantos, con pelo canoso y voz desagradable. El joven, que estaba a punto de salir, se da la vuelta sin expresión alguna en el rostro.

- Perdone...¿por qué dice que es un arte?

- ¡¡Pero chaval!! ¡Eh, mirad lo que pregunta este! - grita el hombre a sus compañeros- ¡Que por qué es un arte! ¿Tú no lo has visto nunca en la propia plaza? - al ver que el joven gira la cabeza negativamente, su voz se convierte en un susurro con cierto tono romanticista - Es...inexplicable. Ves a un animal, con toda su nobleza caer ante el torero, chorreando sangre. Toda su bravura se queda en nada. Hay a quien le gusta el baile o el...el ballet. Bueno, pues esto es una especie de baile...

- Que acaba con la muerte del animal - Interrumpe el chaval. Tras quedarse con la palabra en la boca, el hombre continúa.

- Sí, con la muerte. Pero es que es parte del espectáculo. - afirma buscando apoyo entre sus conocidos, que asienten como si fuera algo obvio - Además ¿qué importa? ¡Es sólo una bestia!

- Vamos a ver. - el joven adopta un aire resuelto mientras se sube la bragueta ostentosamente - Ha dicho antes que el toro es noble, pero ahora le llama "bestia". ¿En qué quedamos?

Otro hombre interviene por su compañero:

- Es noble, pero no deja de ser un animal.

- Sí, es un animal. - Interviene rápidamente el melenudo - Díganme, ¿nosotros que somos?

- Hombres. - Afirman varios a la vez.

- No nos intentes convencer con tus mamarrachadas progres, - dice un gordo sudoroso al fondo - tenemos derecho como cualquier otro a divertirnos con lo que nos gusta.

- No les intento convencer. Sólo espero que vean que la gente no se queja por vicio. - Su tono desprende humildad. - ¿Qué diferencia a los hombres de los animales?

- ¡Todo! - afirma el hombre canoso moviendo los ojos como si fuera algo evidente.

- ¿Y en qué nos parecemos? - Se hace el silencio. Sólo se oye a Matías Prats de fondo introduciendo las noticias de "sociedad", con un tono que intenta saltarse su obligada seriedad para parecer gracioso. - Les ayudaré. Todos estamos formados por los veinte mismo aminoácidos, tenemos un ciclo vital, nuestro portador del material genético es el ADN, somos heterótrofos... puedo decir, si no cientos, decenas de ellos. Lo que nos interesa es que todos menos las esponjas tenemos sensibilidad: podemos reaccionar activamente ante el medio externo.

- Puedes venir hablándonos de aminonosecuántos o lo que sea, pero los hombres somos diferentes que los animales. - Opina uno mientras mira al suelo negando - Te pongas como te pongas.

- Lo sé, pero...

- ¡Ni peros ni nada! - Y añade - ¿Quién tiene inteligencia? ¿Quién ha conseguido crear sociedades e inventos? ¿Los animales?

- No voy a entrar a discutir en si el ser humano va por el buen camino con sus "sociedades" e "inventos".

- ¡Coño! ¡pues aclarate! Ya lo estás haciendo discutiendo esto.

- Eso es verdad, pero estoy concretando. Quería decir que no me voy a salir del tema. - El melenudo sigue - Y el tema es que, en el caso del toro, tienen una sensibilidad muy acusada. Al ser un mamífero, se sitúan cerca de nosotros en términos de evolución, lo cual hace que también tengan sensaciones de dolor físico como ustedes o yo.

- ¡Pero no es un ser humano!. No intentes igualarnos con ellos, que no pueden ni razonar.

- Lo de que no puedan razonar a nuestro nivel no significa que no sientan dolor.

- ¡¡Un momento!! - vocifera un tío que había estado observando callado, sentado en una silla y apurando su cerveza. - ¡Yo he escuchado que cuando les matan, los toros sueltan unas hormonas o no se qué que ni siquiera les duele! ¡Creo que decían que les da placer y todo!

- Dudo que las heridas, tratándose de algo negativo para el organismo, produzcan a través de los noniceptores una sensación placentera. Si fuera así, los toros tendrían tendencias suicidas y la especie habrías desaparecido hace tiempo. - Algunos señores de edad miran a los lados sin entender nada mientras los jóvenes prestan atención con el ceño fruncido. - Pero vale, supongamos que no les duele cuando le clavan la espada. Tampoco duele una cámara de gas. - un hombre se da la vuelta con un gesto ostentoso, evidenciando la analogía supinamente exagerada. - ¿Significa eso que ustedes apoyan el asesinato sin consentimiento ajeno mientras sea indoloro?

- ¿Qué consentimiento pretendes que te dé un toro? - Pregunta uno de los más jóvenes riéndose de su propia ocurrencia.

- Ninguno, por eso no decido por él que su voluntad sea morir en una plaza.

- Los seres humanos tenemos nuestros propios intereses. ¿O es que te paras a pensar en eso cuando comes un filete? Las vacas viven muchísimo peor que los toros. - el tono del joven aficionado se muestra razonable y coherente. - Además...¿por qué os preocupais por eso? Hay mucho paro y gente que no tiene qué llevarse a la boca como para andar pensando en bichos.

- A lo primero...soy vegano.

- ¿Vegano? - el hombre canoso muestra una cara de extrañeza.

- Sí, no consumo nada animal.

- ¡La madre del...! ¿Te sobra el dinero verdad, niño?

- No. - La cara del melenudo no ha cambiado de expresión en toda la conversación. - El caso...Sólo puedo hablar por mí mísmo, pero creeme: también actúo contra otras injusticias mientras otros...se entretienen en otras cosas. - Miró a su alrededor. Nadie parecía haber percibido la sutil ironía.- Que un problema sea menos importante no significa que no deba ser solucionado; así como una vida fácil no justifica una muerte violenta.

- Sí, solidario, pero esto no es un problema. - Dice el gordo del fondo con voz queda. - Es una tradición que llevamos haciendo desde siempre.

- No digas eso. - interviene el chaval taurino - Sé con qué va a salir.

- ¿Con qué? - El melenudo por primera cambia de cara: ahora está interesado y fija su mirada en el chaval.

- Con todo el rollo de que las tradiciones no tienen por qué ser buenas. Me pondrás como ejemplo el circo romano o algo así. - y añade - No eres el único antitaurino con el que he discutido. Todos andais ahí...con vuestro bienpensar...¿No os dais cuenta de que el toro no tiene ningún interés comercial aparte?

- Los linces tampoco. ¿Deben extinguirse por ello?

- No, pero es mucho más fácil que una especie se extinga si no sirve para nada. El toro de Lidia únicamente se utiliza para eso. - y prosigue con cierta ironía - O que propones...¿criarlos porque sí?

- No creo que... - empieza el melenudo.

- ¡Viven a cuerpo de rey! ¿Qué mas quieres? - Se oye una voz femenina.

- No creo que sea necesarios criarlos, simplemente crear espacios protegidos. Lo de la raza de Lidia no está demostrado y, de ser cierto, seguiría sin justificar nada. - Y se gira hacia donde había venido la voz - Y si tan buena es su vida llena de comodidades ¿por qué no lo deseamos para nosotros?

La mujer se incorpora y varios hombres se apartan para que se la vea: "Pero ¡vamos a ver! ¡que son animales! ¿A tus lechugas no les duele o qué?"

- No, a mis lechugas no les duele porque no tienen sistema nervioso. - El joven espera unos segundos a ver si la mujer le rebate y, al ver que no, sigue. - El diferenciar entre animales y humanos es el resultado de la Biblia y la Escala Naturae de Aristóteles. - Se vuelve hacia el chico, tal vez considerando que es su único adversario - La primera tiene un Dios exclusivamente humano y una concepción antropocéntrica de la naturaleza. La segunda sitúa al hombre en lo más alto de la vida. - Se oye un comentario anónimo de "¡Para que comentaste nada, macho!".

- Es que está en lo más alto. ¿No hemos colonizado todo el planeta? - responde el chico.

- Sí, y estamos destruyéndolo gracias a ello.

- Sólo las culturas primitivas consideran seres humanos y animales como iguales. Lo del cristianismo es un progreso.

- No comparto lo de "primitivas" pero sí. Y precisamente por ello, son las que más respetan el medio ambiente.

- Pero...¿y a qué precio? Además, me dirás que no utilizaban a los animales. Si no, mira como saltaban a los propios toros en Creta o criaban ganado.

- Reitero que la tradición no legitima nada por sí sola.

- ¿Y los puestos de trabajo sí legitiman? - Poniendo énfasis en el "legitiman". - Te recuerdo que muchísima gente vive de nuestro arte.

- Los verdugos también vivían gracias al matar y mucha gente lo hace hoy vendiendo drogas. Defender la tauromaquia implica hacerlo también con cualquier actividad que se base en causar mal a terceros. - un rumor malhumorado se eleva y la voz del joven con él - Además, con las subvenciones que reciben se podría subsanar fácilmente esos puestos de trabajo y...como decías antes...a otras cosas como el paro. - Imitando el acento anterior.

El rumor crece y alguien exclama "¿Estos? Pretenderán darles derechos y todo. Están locos. Dentro de nada como nos descuidemos tendremos que verlo a escondidas." El joven lo escucha e interviene, encantado de crear polémica.

- Antes, sólo unos pocos locos pensaban que los esclavos negros merecían libertad, respeto y derechos. Con el tiempo, la gente se fue dando cuenta de que existen más cosas que nos unen que las que nos separan. - hace una pausa y, al ver que su voz no se escuchaba entre el ruido exclama - ¡Pues claro que queremos darles derechos!

El hombre de canas interviene mientras el joven se acerca a la puerta del bar.

- ¡Digais lo que digais, os quejais por vicio!. Si no os gusta, no vayais ¡y ya está!

- Eso es como decir que con estar en contra del Holocausto era suficiente: con posicionarse no basta. - Y por primera vez en toda la conversación, el melenudo sonríe. Sale del establecimiento dejando a sus clientes dándose la razón acaloradamente los unos a los otros y quejándose de los independentistas. Tiene que ser coherente consigo mismo: su próximo destino es la Manifestación antitaurina de Callao. De momento, saca su pancarta que reza "Si el toreo es arte, el canibalismo es gastronomía" mientras piensa distraídamente que a niguno de los taurinos debería extrañarle que su hijo pequeño intente atravesar gatos callejeros con alambre.