domingo, 2 de agosto de 2009

El Sistema (I): Lo básico

Tras unas vacaciones eternas y un apagon que hizo que una entrada desapareciera, regreso aquí para reflexionar sobre no se muy bien el qué...pongamos que EL SISTEMA.

Lejos de caer en algunos topicazos propios de individuos clónicos que buscan encajar poniéndose en el MSN frases como "Hasta la victoria siempre" o llevando camisetas con la A de Anarkía mientras cenan en un McDonald´s, intentaré reflejar mis propios principios y conclusiones, siempre en revisión contínua y, por qué no, abiertos al cambio. Sin embargo, en esta primera entrada de la serie El Sistema, simplemente me limitaré a explicar ligera y brevemente los principios en los que se basa la situación económica que nos ha tocado vivir.

Todos sabemos (o deberíamos saber) que vivimos en un sistema capitalista. Esto significa que el ámbito económico de nuestra sociedad se rige por el libre comercio, la libre competencia y la Ley de la oferta y la demanda. Explicado de una forma tan simple que raya lo obsceno:

  • El libre comercio se refiere a la ausencia de obstáculos a la hora poder establecer con total libertad los distintos elementos de una empresa (los horarios, el salario, la contratación, los precios...). Estos obstáculos son, por ejemplo, el intervencionismo del Estado (que crea leyes que condicionan lo legal y lo ilegal en el mundo empresarial, además de favorecer ciertos sectores, etc.) y los sindicatos (que realizan incómodas protestas por algo que se considera un lastre: el bienestar de los trabajadores).
En su ámbito interestatal, el libre comercio está presente con la inexistencia de aranceles o barreras comerciales que dificulten el comercio entre personas y empresas que pertenecen a distintos países. Por hacernos una idea, es la vía contraria al proteccionismo, cuyo objetivo era no depender nada (o casi nada) económicamente del exterior, como en la Alemania nazi o en las dos décadas posteriores a la posguerra española.
  • La libre competencia podría incluirse dentro del libre comercio, aunque un Don Nadie como yo opina que merece una explicación aparte. Aparte de la fijación de los precios, las empresas pueden hacer uso de la publicidad, un tema peliagudo que será ampliado más tarde.
  • La Ley de la oferta y la demanda es relativamente facil de entender. Se basa en la existencia de dos factores económicos: la oferta y la demanda.

- La oferta es la cantidad de bienes y servicios ofrecidos (valga la redundancia) por los vendedores en un momento determinado
- La demanda son los bienes y servicios que los consumidores desean obtener a partir de su compra a los ofertantes.

Estos dos factores se relacionan entre sí de forma directa y siempre teniendo en cuenta que hay un tercer elemento a tener en cuenta: el precio que los vendedores establecen y el dinero que los consumidores están dispuestos a gastarse.

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Un ejemplo aliñando con todo lo expuesto quizás ayude a comprenderlo:

Pongamos que, en sus inicios, toda tienda de videojuegos estadounidense tenía cajas y cajas de consolas Wii por vender (oferta alta) pero nadie la conocía y, por lo tanto, no deseaban comprarla (OBVIO) --> (demanda baja).

Sin embargo, tras una campaña publicitaria de dimensiones titánicas que hizo que todos los adolescentes del país desearan meterse su dichoso mando por el culo (demanda alta y sexualidad desviada), las ventas comenzaron a darse y los chavales a sentir placer. Llegó un momento en el que demasiados chavales querían una Wii en comparación a las existencias disponibles, así que Nintendo empezó a utilizar su mejor arma: los trabajadores chinos que fabricaban consolas con un salario de mierda, un horario aplastantemente amplio y un seguro médico famoso por su inexistencia (libre comercio en su estado más favorable - para la empresa, claro).

Así, todo chiquillo pudo disponer de su juguetito y fue sacada a la venta en todo el mundo (gracias a la eliminación de barreras comerciales que impone el libre comercio) excepto en Cuba y Corea del Norte. No obstante, la Playstation 3 ya había conquistado el corazón de millones de personas (libre competencia) y si no hubiera sido porque bajaron de precio súbitamente, habría costado encasquetar el resto de Wiis a los desviados de turno (oferta alta y demanda baja, como en la situación inicial - la diferencia es que solo algún niño rarito, consentido y con un agujero de culo extragrande pediría una segunda Wii para Santa Claus/El hombre de los regalos anuales).

NOTA: Cualquier parecido con la realidad es pura casualidad.

En cualquier caso, el próximo día seguiré explicando las bases del capitalismo y haré hincapié en la publicidad, todo ello de una forma tan objetiva y creíble como esta última explicación (Ejém).

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